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La odisea de una pareja y sus cuatro hijos que recorren hace quince años el mundo en un automóvil de 1928

Herman Zapp y Candelaria Chovet iniciaron hace quince años una travesía por todo el planeta y tuvieron cuatro hijos durante el viaje.

Partieron el 25 de enero del 2000 desde Buenos Aires y no se detuvieron hasta hoy.

Los Zapp estaban recién casados cuando decidieron comenzar a viajar.

Ella era secretaria y él tenía una pequeña empresa de computación, pero dejaron todo por el sueño de recorrer el planeta, que ambos compartían desde muy jóvenes. El plan inicial era un recorrido de seis meses entre Argentina y Alaska, pero nunca volvieron a su residencia inicial.

La elección de su vehículo pudo parecer una locura: “Macondo Cambalache” es un un Graham – Paige de 1928, un automóvil que no puede acelerar a más de 64 km por hora.

Lo compraron tres meses antes de salir y no lograron arrancarlo hasta el día anterior a la partida.

Su primer inconveniente mecánico fue a sólo 55 Km de iniciar la aventura.

Pero los Zapp no se dieron por vencidos, fueron reparando el automóvil durante el viaje y hoy ya llevan recorridos cuatro continentes.

El automóvil se encuentra refaccionado por ellos mismos e incluye todo lo lo que necesita un hogar, como una cocina y un baño químico.

Durante el recorrido, la familia se agrandó.

Comenzaron siendo solo dos, pero con ansias de formar una familia. Hoy son seis: en medio de este sueño nacieron Pampa, Tehue, Paloma y Wallaby.

El mayor, Pampa, nació en Carolina del Norte en 2002 y el más pequeño, Wallaby, cuando comenzaban a recorrer Australia, como su nombre lo indica.

El recorrido de su viaje incluyó cuatro continentes enteros y planean completar el quinto.

En primer lugar, conocieron América, que visitaron de Argentina a Alaska y luego fueron profundizando trayectos como Argentina y Estados Unidos – Canadá. Más tarde, y con la familia cada vez más grande, recorrieron Oceanía, Asia y África y, por último, se aventuraron a Europa. ¿Es posible vivir viajando?

Por supuesto que su estilo de vida no es igual al de cualquier familia.

Una de las preguntas a las que deben responder a los viajeros con los que se cruzan es cómo hacen con la educación de los niños. Candela se forma a través de “home-schooling” para aprender los conocimientos básicos como leer, escribir y practicar matemáticas. Pero para ellos el mejor aprendizaje es el de la aventura, y no hay mejor escuela que un viaje.

La historia o la geografía que otros niños aprenden en la escuela ellos la viven y la conocen con sus propios sentidos.

De cada cultura tienen algo que aprender porque no solo recorren lugares sino que se detienen a conocer a sus habitantes.

Los Zapp son un gran ejemplo de vida y de que los sueños, aunque parezcan descabellados al comienzo, pueden cumplirse.

Además demuestran que es posible combinar objetivos que parecen muy diferentes, como vivir viajando y tener una familia.

Enfrentaron dificultades en su largo viaje desde el kilómetro cero, pero las superaron y hoy, quince años después, siguen con la misma energía y haciendo planes para continuar con su aventura.

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