Por nuestra invitada experta en lunas de miel, Susan Wagner
Caprichoso, sensual, divertido y fantástico: así es México, un país que ama a los enamorados y que es amado por ellos. Este destino vigoroso, rico en cultura y color acoge a parejas en luna de miel de todo el mundo. Es fácil llegar a México, donde las parejas encontrarán lo que han soñado. Ya sea que busquen un lugar para relajarse y desconectarse del mundo o unos días llenos de acción, los lunamieleros pasarán en México una luna de miel inolvidable.
Pero, ¿qué hace de éste un destino extraordinario para vivir una luna de miel? Aquí, algunas características que se combinan de forma armoniosa para recibir a los enamorados como se merecen:
El romance está en el aire. En México, las parejas son recibidas como en ningún otro lugar. ¿En dónde más pueden ser sorprendidas durante la cena por un trío musical entonando una melodía romántica? Si así lo desean, pueden solicitar al conserje de su hotel una mesa para dos en un rincón privado. Si buscan aventuras, pueden rentar bicicletas, motonetas y hasta paracaídas para dos. Únicamente deben mencionar las palabras “luna de miel” para ser colmados por atenciones especiales.
Se rodearán por una impresionante belleza escénica. En México, el paisaje es tan diverso que ofrece muchas opciones para pasar una luna de miel espectacular. ¿Majestuosas montañas, extensos desiertos, refulgentes playas, encantadores paisajes o vastas llanuras? Aquí, todos estos escenarios se encuentran a su disposición. Asimismo, si prefieren visitar una gran ciudad o un destino turístico de primer nivel, pueden estar seguros de que encontrarán espacios verdes a unos poco kilómetros de distancia.
Encontrarán una gran variedad de opciones. Las grandes ciudades, los pequeños poblados, los complejos turísticos y los rincones celestiales convertirán su luna de miel en un sueño encantador. Podrán planear cada día de acuerdo con su estado de ánimo. Aprovechen el lujo de los spas y consiéntanse con los tratamientos más modernos. Jueguen tenis o golf o, si así lo prefieren, elijan algún deporte extremo como surf, recorrido en tirolesa o salto en bungee. Empápense de la cultura mexicana visitando un museo o un mercado típico. Asistan a un concierto de música clásica o bailen hasta entrada la madrugada en un club nocturno. ¡México está listo para divertirlos!
El servicio es de la más alta calidad. Ofrecer siempre una sonrisa parece ser el lema nacional. Sin importar si se alojan en un destino turístico de lujo o en un hostal rústico a la orilla del mar, pueden estar seguros de que serán recibidos con un servicio excepcional. Incluso en los grandes hoteles serán recibidos atenciones personalizadas. Tómenlo con calma, pidan ayuda con una sonrisa y sus anfitriones harán todo para que su luna de miel sea lo más placentera posible.
Ir de compras es una experiencia extraordinaria. En México pueden darse el lujo de comprar hasta el cansancio. En tiendas, boutiques, mercados y hasta en las calles encontrarán una gran variedad de productos. Elegantes ornamentos para decorar su nuevo hogar y recordar su luna de miel; creaciones de plata fabricadas por artesanos, cuyas habilidades han sido transmitidas de generación en generación, y que se venden en precios bastante accesibles; coloridas alfombras artesanales, bordados hechos a mano y preciosos manteles, los cuales están disponibles en la mayoría de ciudades y poblados. En las playas, calles y mercados públicos es posible “regatear” –es decir, llegar a un acuerdo con los vendedores sobre el precio–. Otra opción es ir de compras a los modernos centros comerciales y boutiques que encontrarán en las ciudades y los principales centros turísticos.
Consentirán a su estómago. Las comidas mexicanas son todo un acontecimiento. El desayuno, el almuerzo (la comida principal) y la cena toman su tiempo. Son momentos sagrados que permiten relajarse y compartir una agradable conversación al tiempo que se saborea un exquisito platillo. Pronto aprenderán a amar los delicados e intrincados sabores de la alta cocina, compuesta por ingredientes frescos y locales. También aprenderán a disfrutar de la “sobremesa”, la convivencia que sigue a la comida. ¿Qué mejor que, margarita en mano, compartir su amor y planear su futura vida en pareja? Una cosa es segura: nadie los apresurará y el servicio será excelente sin importar si se encuentran en una palapa a la orilla del mar o en un sofisticado restaurante de comida internacional.