Los antecedentes de los juegos de casino en México se remontan a tiempos anteriores al arribo de los conquistadores europeos al continente americano.
Por aquellos años los indígenas de las culturas mesoamericanas se entretenían con un juego de azar denominado como “patolli”.
Se trata de uno de los divertimentos más gustados por los mayas, mexicas y teotihuacanos, quienes practicaban este juego con un tablero con apariencia de cruz y distintas casillas.
La dinámica del patolli se desarrollaba por medio de apuestas. Todo ello se ha podido saber gracias a lo registrado en antiguos códices.
Lo anterior nos revela que desde hace milenios los juegos de azar tenían una enorme popularidad en México, aunque tras el arribo de los conquistadores europeos y los naipes al territorio nacional esta tendencia se alteró en gran medida.
De modo que los divertimentos relacionados con el azar en el entorno nacional están bastante integrados a la cultura mexicana desde hace mucho tiempo.
Con la llegada de los españoles al México Antiguo, los juegos con cartas se hicieron bastante populares.
Los hispanos que se instalaron en esta parte del mundo trajeron consigo un divertimento de origen francés que con el paso del tiempo fue asimilado plenamente a las tradiciones locales: la lotería.
No obstante, para comprender cómo es que este gusto por los juegos de azar tan propio de los mexicanos favoreció la aparición de algunas de las mejores casas de apuestas en el continente, conviene conocer otras importantes referencias históricas.
Cuando la ley seca fue implementada en los Estados Unidos, a inicios de la década de 1920, numerosos aficionados a los juegos de casino visitaban con regularidad el territorio mexicano para disfrutar de este pasatiempo sin prohibiciones legales.
Tal fenómeno marcó un antes y un después para la historia de los juegos de azar en nuestro país.
Los casinos físicos surgieron en gran número en distintas entidades de la República Mexicana, lo cual fue una gran noticia para los afectos al poker, a la ruleta y a los dados, tanto nacionales como extranjeros.
A mediados de la década de 1990 comenzó a operar el primer casino en línea en México y con ello la etapa virtual de los juegos de azar tuvo un modesto comienzo en nuestra particular geografía.
Con el paso de los años la popularidad de los juegos de casino por Internet ha ido incrementándose ininterrumpidamente.
Otro de los divertimentos relacionados con el azar que también ha cautivado el gusto del público nacional es el bingo, un juego de procedencia italiana al cual se conoce como “lotto” en el entorno estadounidense.
La popularidad creciente de los casinos virtuales en México solo es comparable al aumento que ha ido teniendo en su importancia financiera.
Los expertos señalan que nuestro país es el segundo mercado más grande en América Latina en lo que se refiere a los juegos de azar en línea, con un aproximado de 130 usuarios virtuales.