Dotadas de fama internacional, ciertas creaciones artesanales particulares de las comunidades mexicanas destacan por su gran colorido e imaginativa inspiración. Nos referimos a los alebrijes, oníricas figuras por lo general elaboradas por medio del arte de la cartonería. Los alebrijes son especialmente populares por su alegre cromatismo y por la excelencia de su manufactura.
Conozcamos más acerca de los alebrijes, una de las artesanías más tradicionales y fascinantes de Oaxaca y en general de toda la nación mexicana.
Los alebrijes mezclan detalles fisionómicos de diferentes animales, tanto ficticios como reales y con ello nos presentan asombrosas figuras.
El origen de estas artesanías datan de la primera parte del siglo anterior y surgieron por vez primera en la capital del país. Ya desde sus primeros años dejaron una honda huella en los anales del arte popular.
El secreto de los alebrijes, la clave principal de su singular encanto, es el arte de la cartonería. En efecto, es gracias a la cartonería y la utilización de un vibrante cromatismo que podemos admirar vistosos y divertidos alebrijes.
Se sabe que fue un artista del cartón de la capital mexicana, llamado Pedro Linares López, quien inventó a los alebrijes como creación artesanal.
Según el propio Linares, a mediados de la década de 1930 estuvo enfermo de gravedad, al grado de permanecer en la inconsciencia durante largos periodos.
Fue durante ese tiempo que este creativo soño con animales fantásticos de gran colorido y caprichosas formas. Linares, para referirse a estas criaturas, empleo la palabra “alebrije” y cuando recuperó su salud decidió recrear a estos curiosos seres por medio de su talento en la cartonería.
Ahora bien, para comprender al cien por ciento qué es un alebrije, es preciso acercarse a las tradiciones artesanales oaxaqueñas. Algunos de los mejores alebrijes para admirar y para comprar actualmente son los que se elaboran en las comunidades zapotecas.
De hecho, para los habitantes de las comunidades indígenas de Oaxaca, obsequiar un alebrije tiene un sentido muy especial. No solo se trata de vistosos objetos de ornato elaborados con cartón de colores, sino que además, en este entorno de gran folclor, regalar un alebrije es provechoso para alejar a los “espítirus negativos” de las casas.
Es más, entre más curioso o grotesco sea un alebrije más buena suerte traerá a la familia que lo tenga y mejor protegerá el hogar donde permanezca.
Así también, en las comunidades zapotecas de Oaxaca, se tiene la creencia de que cada persona nace acompañado de cierto animal, una criatura que lo auxiliará espiritualmente durante toda su vida. A ese animal se le conoce como alebrije o nahual.
Notable es la estampa de los alebrijes y siempre engalanan los espacios en donde se les coloca. Estas figuras de cartón son ornamentadas con diferentes colores, puntos y rayas. Por otra parte, como no se emplean moldes para su manifactura, cada uno de estos alebrijes tiene una presencia única, no repetible y por demás valiosa.