En Oaxaca, al igual que en muchas ciudades mexicanas, la plaza principal se llama “Plaza de la Constitución” pero nunca preguntes por ese nombre.
La voz popular la conoce como Zócalo, y es, sin duda, el corazón de la ciudad.A sus costados, numerosos cafés invitan a ver pasar la vida de la ciudad.
El complemento perfecto para un buen café o chocolate oaxaqueño, degustado en una mesa de los portales, serán estampas provincianas de vendedores de globos, músicos ambulantes y turistas de todas las nacionalidades y edades. Al atardecer podrás disfrutar de conciertos organizados por las bandas de viento tradicionales de Oaxaca, mariachis, marimbas o músicos callejeros.Consulta tu mapa de Oaxaca para comprobar que la traza del zócalo y los edificios que lo circundan siguen la regla de las ciudades coloniales, la cual establece que al centro deberá estar la plaza y los edificios que albergarán a las autoridades religiosas y civiles.
Observa el edificio localizado al sur de la plaza.
El Palacio de Gobierno estuvo ahí durante siglos, hasta el 2005, en que las oficinas se movieron a edificios más funcionales, convirtiendo esta construcción en el Museo del Palacio. No podrás perderte ahí dentro los murales de Arturo García Bustos, que representan al estado en los períodos de la conquista, Independencia y la Revolución.Enfrente de la pequeña Alameda de León, está la imponente Catedral de Oaxaca, cuya construcción, en cantera de tonalidades verdes, fue finalizada en 1733.
La fachada muestra la "Asunción de María". Es interesante ver que, de manera pragmática, las torres y cúpulas son compactas y de altura moderada, dado que la ciudad está en una de las zonas de mayor actividad sísmica del país. En su interior hallarás 14 capillas y una impresionante colección de pinturas de los siglos XVI y XVII.