Puebla de los Ángeles, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, un auténtico museo de la esencia misma de México.
Aquí vistieron las mujeres por primera vez el traje de la china poblana, hoy símbolo nacional. Aquí vivió Catalina de San Juan. Aquí se cocinaron el mole poblano, los chiles en nogada y los dulces, que son estandarte de la gastronomía mexicana. Y aquí se libró la batalla del 5 de mayo de 1862.Al amparo de tres volcanes, entre la mítica Tenochtitlán -hoy Ciudad de México- y Veracruz, esta ciudad novohispana floreció durante siglos.
De su riqueza hablan las hermosas fachadas recubiertas de Talavera, sus templos, sus conventos, su archivo o su magnífica Biblioteca Palafoxiana. Hoy Puebla continúa siendo un centro cultural de referencia en México.El Zócalo, presidido por la imponente Catedral, ha sido siempre el corazón de esta tranquila ciudad.
Y los cafés y restaurantes bajo los portales, el lugar de reunión. Desde aquí el visitante pasea y descubre casas con muñecos y alfeñiques, extraordinarios trabajos de Talavera, capillas barrocas cubiertas de oro, un bohemio Barrio de los Artistas, una calle llena de Dulces y las cocinas más inspiradas de México. Porque Puebla se camina, se admira y se saborea. MUY RECOMENDABLE1 Visitar las joyas artísticas del Centro: la Capilla del Rosario, considerada la Octava Maravilla de la Humanidad, o la Biblioteca Palafoxiana.
2 Aprender a preparar el auténtico mole poblano y probar los platos más típicos.
3 Asistir a una misa de domingo en la magnífica Catedral, con el aroma del incienso y el sonido del órgano monumental.
4 Recordar en familia la historia de México en los fuertes de Loreto y Guadalupe.
5 Ir de compras: auténtica Talavera poblana, artesanía y antigüedades.