La palabra temazcal se deriva del vocablo náhuatl {temazcalli}, que quiere decir "casa de vapor".
El vapor, el calor y el sudor propician una purificación del cuerpo muy valorada por las culturas antiguas de nuestro México. De acuerdo a la orientación mística que manejaban los indígenas prehispánicos, la purificación que se obtenía de los baños de temazcal, no sólo se limitaba al cuerpo sino también al alma.Por lo general los temazcales se realizan en estructuras cerradas de pequeño tamaño en donde se introducen rocas porosas calentadas al rojo vivo.
En tales piedras no se vierte agua para generar el vapor, sino diversas infusiones de plantas medicinales. El vapor resultante es orientado y aprovechado usando un frondoso ramo de plantas frescas, con el cual, el terapeuta o guía, abanica a los pacientes.En muchas ocasiones los temazcales incluyen elementos de aromaterapia, hidroterapia, técnicas de meditación y rutinas de catarsis.
Los beneficios que nos dejan los temazcales se relacionan con la depuración de las vías respiratorias, la tonificación del sistema nervioso y una mejoría en el estado de los huesos y los músculos en general.Los temazcales nos ofrecen una terapia curativa que todos pueden practicar.
Sin embargo no es muy recomendable para quienes padecen hipertensión, diabetes, migrañas, complicaciones cardiacas, niños de pequeña edad, mujeres embarazadas o personas que han experimentado cirugías recientes. Tampoco se debe ingresar a un temazcal bajo los efectos del alcohol o algún enervante, por el riesgo que se presenta de padecer un derrame cerebral.