De sus construcciones amarillentas, que describen las antiguas crónicas, perduran solo vestigios.
Sus añosos edificios y sugestivos paisajes cautivan a los viajeros y turistas. Real de Catorce se encuentra en una de las áreas más elevadas del altiplano central y exhibe una de las mejores vistas de esta región de nuestro país.Y si bien la mayoría de sus edificios más emblemáticos se encuentran casi derruidos, aún mantienen la esencia de su proyección y propuesta arquitectónica.
Y por ello precisamente son muy valorados por quienes visitan este Pueblo Mágico. Una de tales construcciones es la Capilla de Guadalupe, la cual se distingue por sus torres de un solo cuerpo, la sobriedad de su portada barroca con un arco de medio punto y otros detalles magistrales. En el interior de esta iglesia, con su planta de cruz latina, se atesoran varias pinturas sacras de valiosa manufactura.También imperdible es el Templo de la Purísima Concepción, una verdadera joya arquitectónica, cuya construcción inició en 1793 y duró más de dos décadas.
Luce una portada de estilo neoclásico, y en su interior se encuentra la imagen de San Francisco de Asís y una representación escultórica de la Inmaculada Concepción. Tal y como sucede con la Capilla de Guadalupe, tiene un piso de planta de cruz latina, trabajado con madera de mezquite.Destaca también un sitio como Los panteones, en donde fue establecida la primera iglesia de la región por un grupo de frailes franciscanos, en 1775.
A poco de allí se levanta la Plaza de Toros, desde la cual se obtiene una gran panorámica de esta zona potosina y de la impresionante cañada que rodea a toda la comunidad. La Plaza de Toros de Real de Catorce data del siglo XIXy a diferencia de otras plazas, está construida con cantera rosa.También indispensable para cualquier paseo por esta comunidad potosina es el mencionado Tunel de Ogarrio, el cual, con sus dos kilómetros de largo, es la última obra arquitectónica relevante de este pueblo, durante su periodo de máxima prosperidad.