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Recorre el centro histórico de Puebla

De señorial arquitectura, tanto religiosa como civil, con construcciones que van del siglo XVI al XX, estupendos museos con obras de arte de inmenso valor; varios tesoros culinarios como el mole, las chalupitas, los camotes y las típicas tortitas de Santa Clara; artesanías tan admirables como la cerámica de talavera, así como también, ferias, fiestas y antiguas leyendas.

Definitivamente, Puebla es un verdadero tesoro. No es gratuito que el centro histórico de Puebla haya sido declarado como Patrimonio Cultural de la UNESCO, el 11 de diciembre de 1987. Puebla es una ciudad que se localiza en el valle vasto y fértil de Cuetlaxcoapan, y es vigilado por tres imponentes centinelas: el Popocatépetl, Ixtaccíhuatl y la Malinche. La fundación de Puebla tuvo lugar en 1531, y el objetivo inicial que tuvo fue tener una villa para que la habitaran exclusivamente los españoles, en el camino entre Veracruz y México. Quienes caminan por las largas, estrechas y rectas calles del centro histórico de Puebla, tienen la oportunidad de contemplar el caleidoscopio de sus variadas construcciones, de las cuales destacan aquellas con fachadas que dejan ver la armónica mezcla de azulejos con ladrillos y relieves de gran belleza, de argamasa blanca, que han hecho famosa a Puebla en el país. La conservación de sus tesoros artísticos y culturales fue el motivo principal de que el centro histórico de Puebla fuera declarado como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Originalmente la propuesta incluía a la ciudad de Puebla junto a la ciudad de Cholula, pero esta propuesta en específico no prosperó, de tal manera que, solo fue aceptado por la UNESCO, el centro histórico de Puebla.

Recomendamos conocer edificios como la catedral; el templo de Santo Domingo- con la cautivadora capilla del Rosario y el Templo de la compañía de Jesús.

Por lo que se refiere a la arquitectura civil, en la ciudad de Puebla, recomendamos conocer, el Antiguo Seminario Tridentino, con la notable Biblioteca Palafoxiana, con sus estantes de cedro de 1773; el Palacio Municipal, edificado en cantera gris, llenando de señorío la plaza principal.

Además, las casas de Puebla nos muestran sus mejores ejemplares en la llamada casa de los Muñecos, misma que cuenta con 16 figuras semidesnudas, colocadas en su fachada.

También destaca la casa del Alfeñique y su curiosa ornamentación en argamasa blanca, la cual evoca los populares dulces típicos conocidos como alfeñiques.

Por lo que se refiere al patrimonio intangible, este destaca especialmente por la veneración que se hace del Señor de las Maravillas, en el templo de Santa Mónica y una magnífica cocina de la Nueva España en el templo de Santa Mónica.

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