Como salida de la imaginación de un escritor de aventuras, la geo- grafía de Baja California se extiende sobre una sinuosa península que parece desprenderse del continente.
Cadenas montañosas recubiertas de bosques nevados, desiertos inexpugnables, mares de aguas frías y de aguas templadas, lagunas costeras e islas ro- cosas conforman la fisonomía de este paraíso de biodiversidad endémica, cuyo valor y hermosura son simplemente increíbles.Las Áreas Naturales Protegidas del Parque Nacional  Constitución de 1857 (5,009 ha, a 91 km de Ensenada) y la Sierra de San Pedro Mártir (65,000 ha, a 321 km de Ensenada), ubicadas al norte del Estado, ofrecen al caminante dos bosques densamente arbolados, ideales para el campismo y el disfrute de los frescos aromas de roble, pino y encino.
Bien equipado para alojar familias que deseen un contacto gratificante con la naturaleza, el Parque Nacional Constitución cuenta con cabañas, restaurantes y ranchos ecoturísticos con paseos a caballo y en calandria. Por su parte, la Sierra de San Pedro Mártir alberga al Picacho del Diablo, el punto más alto de la península (3,905 m), y al Observatorio Astronómico Nacional, con el segundo telescopio más grande de Latinoamérica.Hacia el sur, el Valle de los Cirios (2.
5 millones de ha, a 178 km de San Quintín. Ver artículo de Cataviña en su GUÍA HUÉSPED) es un enorme desierto que funge como corredor biológico entre el Desierto del Vizcaíno y la Sierra de San Pedro Mártir. Cardones gigantes y la planta endémica del cirio son los máximos representantes de esta zona. De visita imprescindible también es el Cañón de Guadalupe (www.guadalupe-canyon.com, a 82 km del poblado La Rumorosa), donde escarpadas paredes graníticas son la guarida de secretos manantiales termales, cascadas y pozas de agua fría. En este lugar el rappel, el ciclismo de montaña y la escalada en roca son opciones de primera. A poca distancia, los cañones de Tajos (a 37 km del Cañón de Guadalupe) y de llanos (a 72 km de Tecate) ofrecen de igual forma excelentes condiciones para este tipo de actividades.Hogar de infinidad de aves y mamíferos marinos, numerosas islas del litoral de Baja California son consideradas Reserva de la Biosfera.
Por su extensión y biodiversidad, algunas de las más importantes son isla Guadalupe e isla de Cedros, en el Pacífico; y la isla Ángel de la Guarda, en el Mar de Cortés. En tierra firme, al oeste de la península se pueden visitar la Bahía de San Quintín y la Bahía Todos los Santos, así como la Bahía de los Ángeles en la costa este. Cualquiera de ellas es un estupendo sitio para admirar aves migratorias y magníficos ecosistemas de marismas y esteros. Rumbo al norte, la parte más septentrional del Mar de Cortés es sede de la reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del río Colorado, refugio de la vaquita marina, cetáceo endémico de Baja California. Y para deleite de observadores ecoturísticos de todo el mundo, al suroeste del Estado, en la región conocida como Guerrero Negro, cada invierno la ballena gris hace su espectacular aparición. Pesca y cacería recreativaPara beneplácito de los amantes de la pesca deportiva, especies como el atún, el dorado, la corvina y el jurel, entre otras muchas, abundan en las aguas de Baja California.
A su vez, el turismo cinegético tiene magníficas presas en huilotas, faisanes, venados, conejos y liebres. Más información en www.BestBajaFishing.org o llame a la Asociación de Prestadores de Servicios Cinegéticos. Tel. 01 (664) 971 7465.