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Señales de que padeces la depresión post vacacional y cómo combatirla

¿Te suena de algo esa sensación de cansancio, desmotivación, falta de energía y dispersión que te suele afectar al acabar tus vacaciones? Es uno de los grandes problemas a los que deben enfrentarse los viajeros: llegar a casa, deshacer la mochila, poner la lavadora y a dormir que mañana toca trabajar.

En resumen, esas sensaciones significan que estás sufriendo la tan temida depresión post vacacional. El mal del viajero ocasional

Cuando eres un apasionado de los viajes pero solo puedes disfrutarlos en tu periodo vacacional, se crea un pequeño estado de angustia, una sensación de injusticia cuando te planteas que si un año tiene 52 semanas por qué razón solo puedes hacer lo que te gusta 3 o 4 de ellas.

Esas sensaciones negativas que ya tienes durante todo el año, se acentúan y se incrementan a tu vuelta al trabajo.

Siempre has soñado con poder elegir cuando viajar, ser libre y marcar tu propio calendario de viajes pero eso, mientras sigas trabajando para un tercero, te será imposible.

Y si además tu trabajo no te apasiona aún se acrecentará más. ¿Qué es la depresión post vacacional?

Hemos hablado de la depresión post vacacional pero, ¿qué es realmente? En el momento en que finalizas unas vacaciones o un periodo de ocio prolongado e inicias de nuevo la vida activa, hay una fase de adaptación para volver a la rutina diaria.

Cuando esa fase de adaptación cuesta más de lo normal y empezamos a notar diferentes síntomas que nos lo hacen aún más difícil, se suele hablar de síndrome o depresión post vacacional. ¿Cuáles acostumbran a ser estos síntomas?

Los síntomas pueden ser tanto físicos como psíquicos y no tienes por qué sufrirlos todos a la vez.

Normalmente la depresión post vacacional se puede notar por una bajada del ánimo, la motivación y el rendimiento laboral.

Eres menos productivo que antes y puede ser debido a un estado de cansancio, falta de interés, distracción y dispersión. Hay una falta de concentración y te cuesta focalizar tu atención.

También puedes tener falta de sueño, una sensación de fatiga, dolores musculares o falta de apetito.

A nivel más personal sueles estar más triste, nervioso o irritable.

Como puedes ver, no es agradable sufrir el síndrome post vacacional, ni para ti mismo ni para tu entorno por lo que hay que intentar paliarlo de la mejor manera posible.

Y aquí viene la buena noticia: ¡se puede hacer! Factores que incrementan este síndrome viajero 1. Rutina

La rutina suele ser mala en todos los sentidos.

Te hace acomodarte y no salir de tu zona de confort. Volver a ésta zona te puede hacer sentir menos útil y activo y eso puede influir en bajarte el ánimo. Hay que recordar que, mientras estás de viaje, sales constantemente fuera de tu zona de confort, arriesgándote y aprendiendo cosas nuevas. Volver a un estado de tranquilidad absoluta donde lo tienes todo controlado, puede hacer que bajes la guardia y eso es abrir la puerta de entrada a las sensaciones negativas que trae consigo la depresión post vacacional. 2. Un trabajo que no te gusta

No hay mejor amigo para la depresión post vacacional que un trabajo que no te gusta.

Si en un día normal ya te cuesta levantarte para ir a trabajar, vas desganado, sin ninguna motivación ni ganas, imagina eso multiplicado por mil al volver de vacaciones. 3. Mal ambiente laboral

Tener un entorno viciado en el trabajo, en el que no disfrutas y en el que no te apetece estar es otro de los factores que incrementan los síntomas del síndrome post vacacional.

Llegar a un entorno inhóspito no hace que el aterrizaje sea más motivador y esto puede darse también en los estudios o donde sea que debas regresar a cumplir con la rutina. 4. No poder elegir tus vacaciones

La falta de libertad para poder elegir cuándo y cómo hacer tus vacaciones puede hacer que el ambiente laboral se resienta.

No poder planificar tu viaje y que tu empresa te marque las fechas y la duración puede afectar a tu ánimo. Si debido a esas restricciones tienes que modificar ciertos factores, como podrían ser:

el coincidir con tu pareja o amigos para hacer el viaje juntos el poder elegir la mejor temporada para ese destino soñado desde hace años el tener que reducir la duración del viaje Una vez vuelvas del viaje ese resentimiento seguirá ahí y se incrementará la sensación de irritabilidad y desmotivación.

5. Sueldo bajo que hace que no puedas viajar donde deseas

El tema del dinero obviamente que también influye, cuanto mejor pagado estés mejores viajes podrás hacer.

Si tu sueño es viajar a la otra punta del mundo pero tu sueldo no te lo permite y lo máximo que puedes hacer es ir de camping a 100 km de tu hogar, también afectará a tu retorno a la rutina. Como paliar los efectos de la depresión post vacacional

Vamos a ver una serie de pasos para prevenir y para vencer la depresión post vacacional y hacerla mucho más llevadera.

Algunos de esos pasos son previos incluso a irte de vacaciones y otros son técnicas muy sencillas para poder hacer más llevaderos los primeros días laborales. 1. Prevención

Planifica tu viaje Cuando estés pensando tu ruta, piensa en reservar los últimos días de tu viaje para descansar y relajarte lo máximo posible.

Es decir, si puedes no planificar un trekking de 20Km el día antes de volver mejor y si además puedes reservar tus 3 últimos días para disfrutar de las playas más paradisíacas de tu destino mejor que mejor.

Planifica tu plan de regreso Cuando estés empezando a planificar tu viaje piensa también en los días posteriores al regreso.

Intenta no volver de vacaciones el día antes de trabajar para darte un respiro y mentalizarte para lo que viene. De esta manera tendrás un día o dos para volver a acostumbrarte a los horarios, el clima y el ritmo de tu ciudad.

No gastes todos tus días libres Reserva algunos ahorros para escaparte otra vez en unos meses.

Si te guardas 4 o 5 días libres y los juntas con algún fin de semana te dará para poder hacer alguna escapada más antes de acabar el año. Dividir el año en unas vacaciones largas y una escapada larguita a los 6 meses harán que tu año laboral no sea tan pesado. Además, con esto cada 6 meses cambiarás de aires y tendrás pocos meses por delante para preparar la próxima aventura. Se te hará más llevadero. 2. Actuación

Cambia tu rutina Al volver a trabajar hemos dicho que hay que adaptarse de nuevo a la rutina que teníamos.

Pues bien, ¿y si aprovechas ese regreso para hacer algunos cambio en tu rutina? Cambiar ciertos hábitos puede ser un estímulo para coger de nuevo motivación en tu día a día. Piensa en 3 actividades que te gustaría incluir a tu rutina y en alguna que te gustaría eliminar y ponte a ello. Verás cómo los primeros días se hacen más cómodos y tendrás la cabeza más distraída.

Aumento progresivo de la productividad Es común agobiarse el primer día porque ves que no te concentras igual y no produces lo que acostumbrabas a producir.

No te presiones, no intentes ser productivo desde el primer día y desde el primer minuto porque es imposible. Estás readaptándote al trabajo y eso tiene su proceso.

Un secreto: puedes estar tranquilo porque a todos les pasa lo mismo, a tu jefe, a tu compañero de al lado, a la secretaría y por supuesto a ti, no te agobies.

Empieza a trabajar en las tareas menos pesadas Planifícate para el primer día las tareas más sencillas o las que te guste hacer.

Poco a poco ya irás introduciendo las más duras o desagradables. De esta manera irás haciendo faena de manera progresiva y te ayudará a coger el ritmo.

Descansar Duerme, descansa las horas necesarias.

Si en el estado en el que estás, encima vas con sueño a trabajar, tu jornada puede ser un infierno. No olvides descansar lo que te pida el cuerpo.

Reúnete con tus amigos y tu familia Si estás en un estado de depresión, ¿qué mejor para levantarte el ánimo que tus amigos y tu familia? Mantén tu vida social activa, no te encierres en casa.

Aprovecha para contarles las vacaciones y será como si las revivieras de nuevo.

Empieza a planear tus próximas escapadas Este punto forma parte de la prevención pero también de la actuación.

No dejes nunca de hacer planes.

Haz actividades que te gusten y te recuerden a tus recientes vacaciones Seguro que durante tus viajes has hecho actividades que no sueles hacer en tu vida diaria pero te gustaría seguir disfrutando.

Hazlo. No hay ningún impedimento para que no puedas hacerlas por mucho que ya no estés de vacaciones. Aprovecha las tardes o los fines de semana. Si algo te gusta no tienes por qué dejar de hacerlo.

Escribe un diario o publica un álbum y comparte lo que hayas vivido.

Eres un apasionado de los viajes, sigues muchos blogs de viajes, sabes que hay gente que se gana la vida con su blog de viajes, ¿por qué no empezar tu propio blog de viajes? Empieza a escribir y contar tus historias, disfruta compartiendo tus consejos y experiencias.

Quizá en un tiempo te decides a ponerte más en serio con ello y ya tendrás bastante camino adelantado. Como liberarte totalmente de la depresión post vacacional

Hasta ahora hemos visto como sobrellevar o superar la depresión post vacacional y ahora vamos a dar unos consejos un poco más directos, si quieres eliminar la depresión post vacacional de tu vida tienes dos opciones: 1- Si no te gusta tu trabajo plantéate cambiarlo por uno que te apasione Si tu trabajo te apasiona, te vuelve loco, te gusta realmente y disfrutas con él no sufrirás depresión post vacacional alguna.

Volverás muy feliz a trabajar y serás activo y positivo desde el primer día.

2- Empieza un proyecto propio con alguna de las ideas que te han surgido de vacaciones Durante las vacaciones se te suelen ocurrir las mejores ideas porque tu mente está más libre y despejada.

Si alguna de estas ideas te empujan a emprender un proyecto propio igual es hora de hacerlo. Si trabajas para ti en algo que te apasiona no sufrirás el síndrome post vacacional. Además es probable que este proyecto te permita la libertad para elegir cuanto y cuando viajar.

Como ves la depresión post vacacional es muy mala amiga del viajero.

No hay que aprender a vivir con ella sino a prevenirla y a vencerla pero su aparición no es motivo para dejar de viajar. ¡Eso nunca!
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