Al ingresar a esta comunidad morelense, ya sea por el lado de Oaxtepec o de Tlalnepantla, se contempla en toda su belleza una maravillosa cordillera de cerros que integran un brazalete de caprichosas figuras que los habitantes indígenas de la región dieron curiosos nombres.
Varias de estas formaciones rocosas recibieron nombres de dioses prehispánicos, los cuales han perdurado como elementos de tradición y de cultura en el Pueblo Mágico de Tlayacapan, definitivamente uno de los sitios más atractivos de Morelos.
Ciertas calles alrededor de la parroquia de San Juan Bautista, cuya fiesta se realiza el 25 de junio, aparecen empedradas y las fachadas de varias viviendas lucen herrerías de estilo colonial.
Otras más, tienen faroles de esos que poco se ven en el estado, pero que le otorgan exotismo y belleza a Tlayacapan.