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Visita el Santuario del Manatí en Quintana Roo

{En los últimos años del siglo XV, cuando los primeros españoles llegaron al territorio maya, varios de ellos afirmaron haber contemplado a las sirenas, esos seres fantásticos de la mitología griega.

Y es que estos marineros observaron a ciertos animales marinos amamantando a sus crías.}

En realidad estos animales no eran sirenas, sino ejemplares del Trichechus manatus, es decir, Manatíes del Caribe.

Se trata de un mamífero marino que ha tenido una larga evolución durante millones de años.

Tales criaturas marinas fueron las que provocaron que se creyera, durante mucho tiempo, en la existencia de sirenas en el llamado Nuevo Mundo.

El manatí es un herbívoro inofensivo que habita en costas, desembocaduras de ríos, bahías, canales, lagunas costeras y cenotes conectados con el mar.

Puede hallarse manatíes desde la Florida en los Estados Unidos, hasta las costas brasileñas. En México, los manatíes viven en las aguas costeras de Tabasco, Campeche, Veracruz, Quintana Roo y Yucatán.

Tiene un cuerpo largo y robusto, mide tres metros de longitud y puede alcanzar los 500 kilogramos de peso.

Los manatíes alcanzan eventualmente los 60 años de edad y tienen una cría cada 3 años.

Se caracteriza por sus lerdos movimientos y su medio de impulso, con la cola y las aletas anteriores.

Los manatíes de alimentan de algas y plantas que crecen en el fondo marino. Qué visitar en el Santuario del Manatí

Si bien es un animal pacífico, el manatí se encuentra en peligro de extinción, en todas las zonas del territorio mexicano donde habita.

Las causas de su desaparición se relacionan con ser frecuente presa de las redes de los pescadores, el tráfico abundante de lanchas en los sitios en donde habitan, la inclemente contaminación de las aguas costeras mexicanas y la brusca modificación de sus hábitats.

Lamentablemente, hace algunas décadas, en los mercados de comunidades costeras como los de Chetumal o las pequeñas villas de pescadores de Yucatán, todavía era factible hallar a la venta carne de manatí, por creerse que tenía propiedades afrodisíacas.

Para evitar su extinción segura, en el estado de Quintana Roo se dispuso crear un espacio para su conservación. Se trata del Área Natural Protegida Estatal "Santuario del Manatí, Bahía de Chetumal", la cual, desde su aparición, en 1996, se proyecta como una esperanza para la preservación de estos mamíferos marinos.

Abarca unas 281,320 hectáreas, distribuidas en 101,320 terrestres y 180,000 en el área marina.

En realidad esto equivale al 15 por ciento del área territorial de todo el estado de Quintana Roo.

La relevancia que tiene el Santuario del Manatí, en el estado de Quintana Roo, se relaciona con el hecho de que sirve de hábitat para varias especies en peligro, además del manatí.

Sin embargo, las otras especies también son relevantes para el equilibrio de los ecosistemas de la región.

Los visitantes de este santuario de protección animal quintanarroense, podrán observar más de 300 variedades de plantas y flores en la selva mediana y la selva baja, manglares, petenes, humedales, lagunas, aguadas y potreros de la zona.

Es el hogar también de animales como el jaguar, tigrillo, jabalí, pavo de monte, tucán y cocodrilo. Cómo llegar al Santuario del Manatí

Se puede visitar este importante centro de preservación y cuidado de la vida silvestre, utilizando las carreteras federales 307 Chetumal-Cancún, la 186 de Chetumal al centro y sur del país, y las 184 y 293 que son las vías larga y corta a la ciudad de Mérida.

Se puede usar además. El Aeropuerto Internacional de Chetumal, la aeropista de Xcalak y la terminal marítima del puerto de la capital. Información relevante acerca del Santuario del Manatí

Cuando se visite este interesante lugar del estado de Quintana Roo, es aconsejable llevar ropa cómoda, de preferencia de algodón, repelente para insectos, cámara fotográfica, agua, traje de baño, equipo para bucear y bronceador.

El consejo más importante: no tirar basura.

Vale la pena admirar a estos animales en el sitio privilegiado que los recomendamos.

No es un animal fácil de avistar, ya sea porque habita en aguas turbias o bien, porque se oculta en los lugares apartados de las costas, como cenotes y manantiales entre manglares.
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