Al igual que sucede con muchas de las ciudades y regiones mexicanas, Querétaro encierra una historia y un buen número de curiosidades y secretos que en ocasiones pasan desapercibidos incluso para sus propios habitantes.
Si ya de por sí este estado cuenta con una serie de ‘Pueblos Mágicos’ que hemos mencionado en otras ocasiones, hoy vamos a hacer un repaso a algunas de esas singularidades que hacen tan especial a esta región y a su capital.
Querétaro
Como todo el mundo sabe, hasta el año 2008 el Estado de Querétaro era denominado ‘Querétaro de Arteaga’. Lo que quizás algunos ignoran es que en 1655 recibió del duque de Alburquerque el título de ‘Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de Querétaro’. Título que fue reafirmado en 1712 por el rey Felipe V.
Rod Stewart
El 9 de abril de 1989 el mundo del rock situó Querétaro en el mapa con el concierto de Rod Stewart. El espectáculo del artista británico reunió a 65,000 espectadores, y la demanda de entradas fue tal que tan solo cuatro días antes se cerró una segunda presentación para el día 10. Esta visita, en el mayor momento de esplendor del autor de “Baby Jane”, “Infatuation” o “Maggie May”, se considera el primero de los megaconciertos en la ciudad, y abarrotó la urbe por espacio de tres días.
Ronaldinho
Ronaldo de Assis Moreira, más conocido por Ronaldinho Gaúcho, marcó el último gol oficial de su carrera en el Querétaro F.C. frente a Veracruz. Pese a que se retirara del fútbol en activo el 29 de septiembre de 2015 en el Fluminense de su país tras participar en tan solo nueve encuentros, Dinho disputó su última temporada completa en Gallos Blancos, y allí cerró su emblemática cuenta goleadora. Si bien se hicieron muy populares las partidas en cualquier modalidad de la baraja francesa junto a compañeros y el gusto por la fiesta del brasileño desató alguna que otra polémica, lo cierto es que el equipo llegó a disputar la primera final de Clausura en su historia.
Coca Cola
En 1938, Roberto Ruiz Obregón se establece como el primer distribuidor de Coca Cola en Querétaro, y pocos años después, en 1945, pondría en marcha una planta embotelladora de dicha marca. Uno de los detalles curiosos que sigue vigente en nuestros días es que el producto que se envasa en esta fábrica se distribuye en los Estados Unidos, aunque su sabor es diferente al de las Coca Colas de ese país. Y es que, mientras en Querétaro el refresco se endulza con azúcar, nuestro vecino gringo lo hace con jarabe de fructosa por ser más económico.
Pendiente imposible
En el kilómetro 4 de la Estatal 400 que une Querétaro con Huimilpan sucede un fenómeno de lo más extraño. En un tramo de la carretera, tanto los vehículos en punto muerto como los objetos redondos, se deslizan solos por la pendiente hacia arriba, o al menos esa es la sensación. Lo cierto es que se trata de una simple ilusión óptica provocada por el relieve del terreno, pero que atrae a infinidad de curiosos hasta el lugar para comprobar semejante “milagro”.
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Sierra Gorda
El estado de Querétaro alberga la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda, un espacio natural de más de 383 mil hectáreas que abarca el 32.02% de la totalidad de este Estado. Entre sus muchas maravillas destaca que es la única reserva que acoge las seis especies de felinos salvajes que están presentes en el país: el puma, jaguar, ocelote, gato montés, margay y jaguarundi.
Acueducto
El acueducto de Querétaro es el monumento más representativo de la región y atrae cada año a miles de visitantes, pero además conlleva consigo una serie de curiosos detalles. Considerada la obra urbana más importante del país en el siglo XVIII, su construcción apenas ocupó poco más de una década. Cuenta la leyenda que el detonante de esta edificación fue el amor que su mecenas, el Marqués Juan Antonio de Urrutia y Arana, sentía por una monja capuchina. A finales del siglo XIX se trazó una línea de ferrocarril bajo sus arcos, aunque pocos años después fue retirada por el temor a que sus vibraciones dañaran este extraordinario acueducto de 28.5 metros de altura y 1,280 metros de longitud. En 1919, a sus 74 arcos se le añadió uno más al perforar la muralla para extender la Avenida de los Arcos.