Las lagunas costeras de Baja California Sur son el ámbito perfecto para desarrollar una de las actividades ecos turísticas más espectaculares: el avistamiento de ballenas.

Se trata de centenares de ballenas grises que pasan una importante temporada en sus aguas.

Definitivamente el segundo mes del año, es el más adecuado para avistar ballenas en las lagunas costeras de Baja California Sur.

Y es que los cetáceos se han habituado tanto a los turistas que los ballenatos nacen allí sin problemas y su población está desarrollándose de óptima manera.

Las ballenas grises, las cuales viajan desde las aguas árticas hasta los apacibles y templadas corrientes del norte de México, pueden ser observados en entretenidos paseos en lancha en las laguas Ojo de Liebre y Guerrero Negro (partiendo de la comunidad homónima); en Isla Magdalena, (cerca del puerto Adolfo López Mateos); en la Laguna de San Ignacio (partiendo de la población homónima) y en Bahía Magdalena (desde la comunidad de San Carlos).

Para los entusiastas del ecoturismo, es aconsejable rentar un coche para explorar más de uno de estos cuerpos de agua, transitando por la carretera federal número uno y cruzando el desierto de El Vizcaíno con rumbo a la Paz.

Imposible dejar estos rumbos del norte de México, sin dar un paseo por las Salinas de Guerrero Negro; hacer un recorrido por la misión y el oasis de San Francisco; o bien, dar caminatas por las dunas de arena, ya sea en Isla Magdalena o en el Vizcaíno al momento del ocaso.

En las costas de la península bajacaliforniana, habitan dos docenas de especies de ballenas: desde la pequeña y en riesgo de extinción “vaquita” hasta la ballena azul, el animal de mayor tamaño en el mundo.

Como habíamos mencionado, el sitio más aconsejable para avistar estos animales es Guerrero Negro, sitio que en los meses de febrero y marzo se puede observar a estas fantásticas criaturas del mar. Los turistas tienen una vivencia inolvidable al contemplar a la ballena azul de California, desde una embarcación o incluso desde la costa.

Para avistar a las ballenas en el norte de México se pueden utilizar prismáticos desde distintos miradores en la costa.

Sin embargo, lo más recomendable es contratar una excursión de 2 o 3 horas en embarcación. Es preciso elegir una operadora de tours de confianza, que no se aproxime demasiado a las ballenas. También se puede solicitar este servicio a los pescadores de la región.