Localizado en la carretera Escárcega-Chetumal, en Holpechén, Campeche, se encuentra el sitio arqueológico de Balamkú. Es un yacimiento de dimensiones pequeñas, puesto que apenas abarca un kilómetro cuadrado.
Se trata de un yacimiento especialmente valorado por los aficionados a la arqueología mexicana, ya que allí se encuentra el llamado friso del universo, una pieza prehispánica elaborada en estuco policromado, con estilizados grabados de serpientes, jaguares y una criatura similar a un saurio.
La densa vegetación que protege a esta antigua ciudad maya, permite que los visitantes de Balamkú, experimenten un estrecho contacto con los espacios naturales de Campeche, al mismo tiempo que se descubren los secretos de su pasado prehispánico.
Tres son los grupos arquitectónicos que tiene el yacimiento arqueológico de Balamkú: Sur, Central y Norte, de los cuales, resta uno de ellos por ser explorado, desde inicios de la década de 1990, cuando fue descubierto el yacimiento.
No hay que perderse el palacio Casa de los Cuatro Reyes u la estructura piramidal de 10 metros que se encuentra en el Grupo Sur.
La zona arqueológica de Balamkú abre diariamente de las 8 a las 17 horas.