Luego de explorar los secretos del Templo de Santa Prisca y los tesoros coloniales de Taxco, es tiempo de saborear los platillos más tradicionales de este pueblo guerrerense.
Uno de ellos es el mole rosa. El secreto del curioso color que tiene, es la combinación de nueces, vino rosado y betabel. Como perfecto acompañamiento de estas delicias, tenemos el Boom Mezcal, una bebida típica de la región que lleva como ingrediente especial, bugambilia molida.Por supuesto, algunos platillos son realmente imperdibles, cada vez que se visita Taxco.
Ese es el caso de las enchiladas de jumil, las cuales pueden degustarse en el restaurante La Hacienda de Taxco, en el Hotel Agua Escondida. Se trata de un auténtico manjar, de enorme valor nutricional, por sus altos índices de yodo y proteínas.