Los casinos en México tienen una larga historia, que se remonta a la época colonial. Durante el siglo XIX, los primeros casinos mexicanos comenzaron a aparecer en varias ciudades del país. Estos establecimientos eran principalmente frecuentados por extranjeros y turistas de Estados Unidos, quienes buscaban entretenerse con juegos de azar durante los años de la ley seca.
Los primeros casinos mexicanos ofrecían juegos tradicionales como el blackjack, la ruleta y las máquinas tragamonedas. A medida que pasó el tiempo, los casinos fueron ganando popularidad entre los locales y pronto se convirtieron en lugares donde todos podían divertirse sin preocupaciones. Conforme fue creciendo su fama, muchas personas ricas empezaron a invertir grandes cantidades de dinero para construir salones lujosamente decorados con mesas especializadas para juegos específicos.
Hoy en día hay numerosos casinos repartidos por todo México que atraen visitantes de todas partes del mundo. Además, no todos los jugadores se enfocan en los casinos tradicionales, México también cuenta con una gran oferta de casinos online.
El Casino de La Selva fue un lugar exuberante y lleno de vida. Ubicado en Cuernavaca, ofrece a los visitantes una experiencia única e inolvidable. Se creó cerca de 1930 para atraer turistas que deseaban jugar y hospedarse en su hotel. Contaba con unos hermosos murales que fueron destruidos tras la compra del predio y demolición de los edificios. El Casino de La Selva era un destino ideal para aquellos que buscan diversión, entretenimiento y relajación.
El Foreign Club (1917-1936) fue durante muchos años el casino y club nocturno más popular de Tijuana, hasta que fue eclipsado por la grandeza de Agua Caliente. El complejo estaba ubicado en la esquina de "Third and Main", como se referían las turistas estadounidenses a las calles en ese entonces (ahora, Tercera y Avenida Revolución), justo enfrente del bar La Ballena de Mexicali Beer y Alex and Paul's Place/Original Caesar's Place en el Hotel Comercial.
En 1927 se construyó en Tijuana el Casino de Agua Caliente, un negocio turístico y comercial que surgió en respuesta a la ley seca de los Estados Unidos. Este establecimiento se convirtió en un punto de referencia cultural para la comunidad del sur de California que acudía a esta ciudad fronteriza en busca de diversión.
El proyecto fue impulsado por tres inversores estadounidenses y contó con la colaboración de Abelardo L. Rodríguez, propietario de los terrenos donde se estableció la Compañía Mexicana de Agua Caliente. Durante varios años, el Casino de Agua Caliente se convirtió en uno de los lugares más populares entre la élite de Hollywood y otras clases sociales del mundo que visitaban Tijuana para disfrutar de las actividades del casino.