Recomendamos dar un paseo por la calle Zapata, hasta llegar a la tradicional Alameda.
Allí se pueden gozar de las nieves de carreta, las cuales se ofrecen en los más variados sabores. Luego, en San Mateo, es indispensable degustar la gastronomía del sitio: el sabroso pozole, las enchiladas almendradas, las deliciosas chalupas y las picaditas guerrerenses.En el Auditorio Sentimientos de la Nación, se encuentra un mural admirable, elaborado por maestros artesanos de Olinalá, Xalitla y Maxela.
También interesantes en Chilpancingo son: el Zoológico Zoochilpan, el Museo Interactivo La Avispa, el barrio de San Francisco con su entrañable mercado, en donde se venden atoles y torrejas de exquisito sabor. Acapulco, el favorito de siempre La bahía de Acapulco, por su belleza y proyección perdura más allá de las circunstancias contingentes actuales. Visita Acapulco y disfruta de las playas Caleta y Caletilla, con los típicos recorridos a la playa Roqueta.Los hoteles acapulqueños exhiben una arquitectura de los años cincuenta, que despierta a la vez, la admiración y la nostalgia.
Saborea algunos de los platillos tradicionales de Acapulco, como el pescado al mojo de ajo, la ensalada de pulpo y los tamales de cazón.Se puede recorrer en calandria, la vistosa avenida Costera Miguel Alemán, o a pie, el zócalo y la Catedral de Acapulco.
También hay servicios de visitas guiadas en tranvías turísticos, los cuales puedes aprovechar. Otras recomendaciones son los Miradores de la Escénica, el espectáculo de los clavados en la Quebrada o el fuerte de San Diego. Por la noche, goza de la vida alegre de la bahía acapulqueña, en alguno de los muchos bares y clubes de la costera.