En el Corredor de la Montaña Hidalguense, Mineral del Chico es un pueblo cuyo accidentado nombre no corresponde con la grandeza de sus bellezas arquitectónicas y naturales.
Visitarlo significa disfrutar gratos paseos en medio de un cálido clima, y atreverse a vivir la adrenalina de sus paseos montañosos.
Poblado originalmente por grupos indígenas seminómadas, la región del Chico comenzó a constituirse en poblado a partir de 1565, cuando después de trece años de trámites comenzó la explotación de los yacimientos minerales descubiertos pos los conquistadores españoles.
Por mucho tiempo, su nombre fue Atotonilco El Chico, por su proximidad con El Grande.
Si bien el esplendor minero es ya solo un recuerdo, a pesar de haber llegado a tener más de 300 minas de plata, las hermosas edificaciones del centro se levantan como depositarias de una cuantiosa herencia material e inmaterial.
A unos cuantos pasos del centro, coronando el panorama de tejas rojas y enormes casas señoriales, se encuentra la Iglesia de la Purísima Concepción, que data del lejano 1569, cuando fue levantada en adobe.
Posteriormente, fue remodelada en 1725 en cantera, con un claro estilo neoclásico que incluye soberbias columnas toscanas.
Hacia 1886 una nueva adaptación fue requerida, pues en su torre se instaló un fino reloj, elaborado por los mismos maestros relojeros que construyeron el Big Ben, de Londres, que fue donado a la iglesia por el célebre minero Gabriel Mancera.
Cada Semana Santa se aprovecha el ancha cornisa de este templo para lanzar una lluvia de pétalos y celebrar la Resurrección de Cristo.
También, cada 8 de diciembre los habitantes de Mineral del Chico se reúnen para celebrar la fiesta patronal, que incluye danzas, pirotecnia, rica comida, música, juegos mecánicos y mucha diversión.
Las minas son un punto importantísimo por conocer en un pueblo como Mineral del Chico.
Actualmente, la Guadalupe y la de San Antonio permanecen abiertas al público, con guías expertos que solían ser los esforzados mineros que extraían riquezas de las entrañas de la tierra, y que hoy gustosos conducen a los visitantes en medio de los oscuros túneles mientras les cuentan historias de fantasmas y leyendas de duendes.
Hablando de estos mágicos seres, existe un sendero muy especial en el bosque de este Pueblo Mágico; se trata del Sendero de los Duendes, donde se realiza una caminata nocturna que culmina con un impresionante mirador, desde donde se pueden admirar las luces de la pequeña ciudad mientras sus pobladores duermen.
Estos lugares se encuentran dentro de las 2,800 hectáreas que ocupa el Parque Nacional El Chico, una región cubierta de pinos, encinos y oyameles que fue la primera en ser declarada como Área Natural Protegida en el país, en 1982.
En sus fértiles tierras conviven numerosas especies, como la zorra gris, cacomixtles, tlacuaches, armadillos, halcones y salamandras, que han formado su hogar en medio de caprichosas formas geológicas y altas peñas, ideales para la práctica de rappel, escalada en roca y alpinismo.
La más sobresaliente de estas peñas es la del Cuervo, cuya altitud es de casi 3,000 metros sobre el nivel del mar, a cuya cima se puede subir por una escalinata de piedra, a la que casi cualquiera puede subir, por lo que representa uno de los puntos más populares en Mineral del Chico para disfrutar el panorama, que incluye las espectaculares formaciones rocosas de "Las Monjas" y "Los Frailes" ubicados en el municipio vecino de El Arenal.
Dentro de este parque se encuentran también numerosos centros ecoturísticos, entre los que se encuentran el Parque Recreativo Carboneras, con su circuito de tirolesas de kilómetro y medio de recorrido y más de cien metros de altura, su vía ferrata, un mirador, un puente colgante, hermosos senderos y asadores.
Otro de los más populares es El Cedral, donde existe una enorme presa en cuyos alrededores existen áreas para campamento, senderos, renta de cabañas, caballos, cuatrimotos, tirolesa, paseos en lancha y restaurantes de antojitos locales.
El Contadero es un dédalo natural formado por intrincados laberintos de formaciones rocosas. Se trata de un lugar muy famoso porque antes de la invención del automóvil, cuando la gente se desplazaba en caballos y carretas, los bandidos de los caminos usaban los recovecos de piedra para burlar a sus perseguidores y repartir sus botines.
Existen también muchas historias alrededor de personas perdidas entre los pasillos de roca, por lo que es recomendable asistir con un guía que conozca bien el lugar.
A solo veinte minutos de Mineral del Chico se encuentra la Vía Ferrata, en una montaña de más de 200 metros de altura conocida como "La Tanda", donde existe una ruta hacia la cumbre e instalaciones de acero como escalerillas, puentes colgantes, barandales, agarraderas y tirolesas para practicar rappel, cañonismo, ciclismo de montaña, senderismo y canopy.
La mejor época para visitar este Pueblo Mágico es durante el Festival de la Manzana y la Begoña, entre agosto y septiembre, cuando se vive un ambiente festivo en el que se presentan exposiciones, artistas invitados, música, talleres, muestra gastronómica, conferencias, visitas guiadas a los huertos y fuegos pirotécnicos.
Lo mejor para iniciar una visita a Mineral del Chico es tomar un desayuno tradicional con rico caldo tlalpeño, enchiladas, huaraches, trucha o barbacoa.
Si se viaja entre marzo y mayo, se pueden probar los deliciosos escamoles, huevecillos de hormiga conocidos como "el caviar mexicano"; si se va entre junio y julio, entonces habrá hongos disponibles en los húmedos bosques, como champiñones, portobellos, ostras y castañas, que se usan para preparar desde ricas sopas y quesadillas hasta platillos más elaborados como paté, empapelados, tapas y hamburguesas.
Otro gran producto de temporada en este Pueblo Mágico son los chinicuiles, en septiembre, mejor conocidos como gusanos rojos, que se cuecen vivos en comal, y se comen solos, en tacos o como botana, se muelen en salsa roja, verde o guacamole, o se usan para preparar unos sabrosos "huevos al albañil".
Los artesanos de Mineral del Chico utilizan materiales como el cobre, el bronce y el estaño para realizar bellas piezas, tanto de joyería como ornamentales y objetos utilitarios, que ofrecen a los turistas en la calle principal de Mineral del Chico, además de figuritas de madera, juguetes, juegos de mesa, bellos cuadros de los paisajes cercanos, y souvenirs como llaveros, tazas y vasos.
Saliendo en automóvil desde la Ciudad de México, hay que conducir por la carretera hacia Pachuca, y seguir durante 36 kilómetros por la Carretera Estatal s/n y por la Federal 115. En autobús, Flecha Roja y ADO llegan a Pachuca, y desde ahí se pueden tomar los colectivos en el Mercado Benito Juárez. En avión, el aeropuerto más cercano es el de la Ciudad de México.