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¿Por qué celebré mi reunión anual en Guadalajara?

Recuerdo la última vez que bailé y canté hasta el amanecer, el día en que usé mi vestido negro favorito, me pinté las uñas de rojo, me arreglé el cabello, el día en que olvidé el que dirán y me acerqué a ese chico que había visto desde los primeros días de la universidad, pero no me atrevía a hablarlo hasta en la fiesta de graduación. Recuerdo perfectamente que sonaba Stayin’ alive y todos bailaban como si fuera la última canción de la noche, entonces me acerqué a ti y empecé a mostrar mis mejores pasos como si te conociera desde el día uno de la universidad. Bailé como nunca, bailaste como nunca había visto bailar a alguien.

Sin duda, fue una noche mágica, y no hubiera sido lo mismo sin ese lugar, la música, las luces, la atención, la comida, en fin, toda la atmósfera era perfecta para tomar acción e ir hacia dónde estabas. Jamás imaginé que este sería el inicio de una gran aventura de vida y que el estar en ese lugar me diera una última oportunidad para conocerte, así que pensé, “es ahora o nunca”, y es que no me arrepiento, no me arrepiento de que un año después nos casamos. Y, nada acaba aquí, la historia sigue. Todos los años nos encargamos de revivir ese momento que significó el triunfo de nuestra vida, la celebración de la amistad, del amor y del esfuerzo puesto por cinco años en la universidad, y esa noche lo merecíamos todo nuevamente. Por lo que decidimos que cada año reviviríamos esa noche inolvidable.

Hoy, han pasado 33 años después, ya no nos vemos como antes, ya no elijo mi mejor vestido, sino el que me abrigue mejor, ahora prefiero el color de uñas natural, y mi nieta Lucia se encargó de arreglarme el cabello, le dije que quería algo diferente, algo que le sorprenda a su abuelo. En punto de las 8:00pm empezó la fiesta todos llegaron, comimos, cantamos, platicamos de como nos ha ido durante un año, y no cabe duda de que este lugar había hecho algo diferente a todos los anteriores se sentía una esencia diferente.  Y dije, el o la encargada de planear toda la celebración eligió el mejor lugar de Guadalajara. Para la sorpresa de todos era muy moderno, amplio y decorado como si fuera el día de la graduación y a mí me recordó a la noche en que conocí al amor de mi vida.

Espacio MIL500 hizo el trabajo que en muchos años no se había superado, pero esta vez la comida, las luces, las instalaciones, todo era especular. A lo largo de la noche empecé sentirme feliz por ese momento, todo era tan perfecto que recordé como empezó nuestra historia, no miento al recordar las lágrimas recorrieron mis mejillas, pero en ese momento de nostalgia empieza a sonar Stayin’ alive, no pude contenerme, era el momento perfecto de moverme, de cantar, de vivir e imaginar, cerré los ojos mientras me movía, los abría de repente para no caerme. Fue la primera vez que bailé Stayin’ alive, sin ti en los últimos 10 años después de tu partida. Fue un momento en el que supe que estabas ahí, guiándome con tus pasos, sonriendo cada vez que hacíamos contacto visual. Esa noche marcó un antes y un después.

Sonreí y le agradecí a Maru, por encontrar este lugar tan espectacular que se adapta a lo queremos, a nuestras necesidades, y nos despertó los sentidos una vez más, increíble el Espacio MIL500.

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