Edificadas entre los siglos XVI y XIX, las haciendas se perfilaron como núcleos de producción que definieron la economía de la Nueva España y de manera posterior, el México Independiente.
En las haciendas de México se procesaban los minerales que se extraían de las minas, también se producía azúcar y se realizaban actividades ganaderas. Otros productos que se producían en las haciendas de México eran el pulque, tequila, café, vinos, cereales y cacao.Además, las haciendas estaban en un entorno de vastas extensiones de terreno, dominadas por la casa grande, sitio de residencia y oficina del propietario de la hacienda.
La magnífica arquitectura y decoración interior manifestaban las tendencias de cada época, si bien las adaptaciones de cada región, les dieron un estilo particular, de acuerdo a cada zona del país.Con el paso del tiempo, varias de estas haciendas quedaron en el abandono, aunque algunas de ellas se mantienen productivas adaptándose a los nuevos usos comerciales y tecnologías.
Para fortuna de los turistas y viajeros ansiosos de conocer los antecedentes históricos de México, muchas de ellas han sido rescatadas y restauradas, para servir como lugares de hospedaje, balnearios, spas y museos.