Ozumba, un encantador municipio ubicado en el Estado de México, se presenta como un destino turístico emergente que combina la riqueza histórica, la belleza natural y la autenticidad cultural. Aunque menos conocido que otros destinos turísticos en la región, Ozumba ofrece a los visitantes una experiencia única y enriquecedora, alejada del bullicio de las ciudades más grandes y sumergiéndolos en la autenticidad de la vida rural mexicana.
El corazón de Ozumba es su centro histórico, donde las calles empedradas y las coloridas fachadas de las casas coloniales cuentan la historia de siglos pasados. La Parroquia de San Pedro y San Pablo, construida en el siglo XVIII, es un ejemplo arquitectónico impresionante que domina la plaza principal. Su fachada barroca y su imponente campanario invitan a los visitantes a explorar su interior, donde se encuentran tesoros artísticos y religiosos que narran la historia local.
Los mercados tradicionales de Ozumba son una parada obligada para aquellos que deseen sumergirse en la vida cotidiana de la comunidad. El Mercado Municipal ofrece una variedad de productos frescos y artesanías locales, proporcionando a los visitantes la oportunidad de probar la rica gastronomía regional y adquirir recuerdos auténticos. La hospitalidad de los comerciantes locales añade un toque cálido y acogedor a la experiencia, haciendo que los visitantes se sientan como parte de la comunidad.
Los alrededores de Ozumba ofrecen una rica diversidad de paisajes naturales. El Parque Nacional Los Remedios, situado cerca del centro, es un pulmón verde que invita a los amantes de la naturaleza a explorar senderos escénicos y disfrutar de la flora y fauna local. La Cascada Los Remedios, con su caída de agua refrescante, es un lugar popular para los excursionistas y aquellos que buscan un escape tranquilo en medio de la naturaleza.
Uno de los tesoros naturales más singulares de Ozumba es el Bosque de los Árboles de Navidad, un área donde los visitantes pueden participar en la tradición local de cortar su propio árbol de Navidad durante la temporada festiva. Este bosque ofrece una experiencia única y pintoresca, permitiendo a las familias disfrutar de un día al aire libre mientras eligen y cortan su árbol, creando recuerdos que perdurarán mucho más allá de las festividades.
La Feria del Elote es otro evento destacado que atrae a visitantes de todo México. Celebrada en agosto, esta festividad rinde homenaje al maíz, un ingrediente fundamental en la cocina mexicana. Los asistentes pueden disfrutar de deliciosos platillos preparados con elote, así como participar en eventos culturales, concursos y actividades familiares que resaltan la importancia de este cultivo en la región.
La artesanía local también es una parte integral de la identidad de Ozumba. Los talleres de alfarería ofrecen a los visitantes la oportunidad de aprender sobre las técnicas tradicionales utilizadas para crear hermosas piezas de cerámica. Estas artesanías son representativas de la rica herencia cultural de la región y son apreciadas tanto por locales como por turistas.
La gastronomía de Ozumba es una fusión de sabores tradicionales y auténticos. Los platillos locales, como el mole, los tamales y las carnitas, reflejan la diversidad culinaria de la región. Los restaurantes locales ofrecen a los visitantes la oportunidad de deleitarse con estos manjares, brindando una experiencia gastronómica única que complementa la riqueza cultural del lugar.
En conclusión, Ozumba, a pesar de ser menos conocido que algunos de sus vecinos más grandes, se presenta como un destino turístico vibrante y auténtico. Con su encanto histórico, belleza natural y la hospitalidad de su gente, Ozumba ofrece a los visitantes una experiencia enriquecedora que va más allá de lo superficial. Este tesoro escondido en el Estado de México espera ser descubierto por aquellos que buscan escapar de las rutas turísticas convencionales y sumergirse en la autenticidad de la vida mexicana.
Para llegar a Ozumba hay que conducir diez kilómetros desde la ciudad de Amecameca, a través de la carretera federal 115 con rumbo a Cuautla.
Si se viaja desde la Ciudad de México y en autobús, la ruta se desarrolla partiendo desde la central de autobuses oriente TAPO. Los autobuses Los Volcanes hacen este recorrido, con varias salidas hora con hora.
Vale la pena visitar Ozumba, por tratarse de un pueblo mexiquense rodeado por impresionantes barrancas.
Es una comunidad rebosante de tradiciones, lo cual se hace patente en sus típicos tianguis, los cuales proceden desde los días prehispánicos. En estos bazares al aire libre se comercializan toda clase de productos y artesanías, procedentes de diferentes estados de la república.
El tianguis de Ozumba también es recomendable para conocer las delicias culinarias de esta parte del territorio mexiquense, por ejemplo, la barbacoa, la cecina, varios guisados con carne de conejo, y los tradicionales tamales y tlacoyos.
Acudir al tradicional tianguis de los martes en Ozumba, es una vivencia turística que no admite comparación, ya que nos permite conocer las diferentes frutas, verduras y artesanías que se cosechan y fabrican en esta área del Estado de México.
En el centro del pueblo aparece la Iglesia y Ex convento de la Purísima Concepción.
Es un complejo arquitectónico admirable que cuenta con una portería integrada por tres arcos de medio punto y un claustro en donde actualmente se localizan las oficinas de la parroquia. Los orígenes del templo se remontan a 1697 y destacan en él, su proyección barroca en el exterior y los dorados retablos que embellecen su interior.
A no más de un kilómetro de Ozumba, tenemos al Ex convento de San Vicente Ferrer, construido en 1528.
En el claustro de este convento se conservan vestigios de pinturas al fresco, en tanto que, en el templo, se observan varios retablos barrocos y platerescos. Además, también destaca en el lugar una notable pila bautismal monolítica, construida en el siglo XVI. Vale la pena mencionar que el Ex convento de San Vicente Ferrer es un punto de gran relevancia en la llamada Ruta de Sor Juana, puesto que allí justamente fue bautizada, el 2 de diciembre de 1648, Sor Juana Inés de la Cruz.
Un detalle adicional, puede engrandecer las posibilidades turísticas que ofrece el pueblo de Ozumba: entre esta comunidad y la de Ayutla, en las barrancas de Patlahuaya y Huahutle, existen varias pinturas rupestres, con símbolos, animales y siluetas humanas.
Para visitarlas se requiere del apoyo de un guía turístico experto.